Llevo veintiséis años utilizando el Metro de caracas y con él llego a cualquier destino con mis anhelos, carencias y preocupaciones, tanto así que mi espíritu curioso me ha llevado mas allá de conocer como funciona las cosas que son vitales para desenvolverme como sujeto. De niño solía decir que cuando fuera grande, querría ser operador de metro y mi tiempo libre en la Jesús María Bianco discurría en diseñar tableros de trenes para jugar a dizque “operador” con mis compañeros de salón. Llegue a reunir los ticket que la gente desechaban en el Metrobús de la otrora ruta 312.
Desde niño, esa afinidad con el metro me ha llevado progresivamente a comprender como funciona, partiendo del uso de dos sentidos que nos provee la naturaleza: la visión y la audición. Sé que el operador puede poner a andar el tren empujando un taco blanco a su mano derecha del tablero. Sí una alarma alcanzo a escuchar, desde La Hoyada se le dice a la estación donde el tren esta en esa situación ¡Personal operativo actividad A tren vía X vagón X! En la nefasta IV República, cuando había que salir a la calle a defender la patria del neoliberalismo, desde La Hoyada se anunciaba al sistema “Se informa al personal operativo inicio de comunicaciones Evento 10 estación X (caso Ciudad Universitaria, Parque Carabobo, El Silencio),”.
En el primer cuatrimestre del 2010, el Metro nos ha echado la lavativa a los caraqueños, y en honor a la verdad, la gran solución para Caracas riñe con la filosofía de esta revolución inédita; conducta que impacta a priori en la credibilidad del gobierno del presidente Chávez. Adaptados a soportar la precariedad de las estaciones –escaleras mecánicas dañadas e inexistencia de la refrigeración en sus áreas comunes-, la cual pudiera comprenderse porque reponer esos equipos implica una afectación importante en la operación del subterráneo, la deficiencia incremental en el material rodante y la conducta inhumana y poco ética del personal operativo nos hacer vivir en una eterna calentura que no la brinca ni un venado. Es inaudito que tenga que subir desde Plaza Sucre hacia Pro Patria para luego llegar hasta Plaza Venezuela.
A pesar de todo esto, la gota que ha colmado mi paciencia como ser humano, ha sido un comunicado suscrito por unos integrantes del Sindicato de Trabajadores del Metro de Caracas, en fecha 20/04/2010, publicado en esta trinchera de lucha, día en el cual una vez mas nos vemos los usuarios afectados por las improvisaciones que vienen atacando al sistema en estos últimos tiempos. “Es necesaria una campaña de información a través de los medios de comunicación, y se aclare que el personal de la empresa, actúa bajo procedimientos y hacer énfasis que no somos Saboteadores del sistema metro, etiquetamiento que se nos atribuyo sin haber una reacción en contrario, en procura de nuestro constitucional derecho a la defensa”. (Subrayado nuestro).
¡Vaya mi enérgico repudio a la agresión que sufrió esta compatriota trabajadora de esta empresa! Sin embargo, ciudadanas y ciudadanos “empleados y gerentes” del Metro de Caracas, la Constitución de la Republica Bolivariana de Venezuela (en su Articulo 117) reza que las y los venezolanos tenemos derecho a acceder a servicios de calidad así como a una información adecuada y no engañosa sobre las características de los productos y servicios que consumimos y usamos. ¿Es ético colocar en operación comercial un material rodante –tren compuesto por siete (7) vagones- con fallas a nivel de puertas y aire acondicionado? ¿Se cumplen con los estándares de calidad exigidos por este precepto constitucional? ¿Qué se hace en los patios y talleres del Metro? ¿Jugarán truco o carga la burra en el CCO? ¿Será la Junta Directiva de CAMETRO representantes de la Quinta Columna que truncan las esperanzas que este pueblo tiene en Hugo Chávez?
Hace un mes observé una sampablera en Pro Patria, veníamos de Plaza Sucre para llegar allí y así retomar nuestra ruta original. El tren que nos trasportaba reunía las condiciones mínimas para seguir con la marcha habitual. De repente al llegar a la estación terminal, fuimos desalojados del mismo, las personas se negaban a desalojar el mismo porque desde su percepción de usuarios, ellos interpretaron que ese era el que los iba a llevar a su destino. Los operadores actuaban como si eso fuera una cochinera. Uno del ellos trató de mentarme mi madre lo cual no se lo permití. ¿Detrás de las “fallas” y salida del servicio de trenes que reúnen las condiciones para la operación comercial, se esconde el fracaso de los trabajadores y de SITRAMECA en hacer que sus reivindicaciones sociales se satisfagan? Eso si les pido: ¡No se pelen las nalgas ni salgan a quemar chaguaramos!
Esta pregunta me lleva la mente a los noventa del siglo pasado, cuando los trabajadores y esta organización sindical se plantearon un conflicto reivindicativo que abarcó desde lo salarial hasta lo organizacional, mediante el empleo de la concientización y educación al usuario. ¿Olvidaron las calcomanías circulares color azul y de los volantes que repartían en los torniquetes que decían “Usuarios y Trabajadores Unidos por el Metro”? No quiero pensar que están satisfecho con el estipendio que les ofrece la compañía y se que no es así.
Lo lamentable de la situación del Metro de Caracas es la sensación de rechazo que uno percibe de la población hacia su gobierno y las obras que él emprende. Mas allá de mi condición de politólogo, porque primero soy un ser humano que realiza a plenitud los procesos biológicos vitales, me entristece que la negligencia, ineptitud y la desidia de la sociedad política se convierta en el arma que el mismo pueblo pueda empuñar en algún momento contra el presidente Chávez, al mejor estilo del dicho ¡La culpa no es del ciego sino el que le da el bastón! Todo esto porque Ruperto que vive en el cerro lleva tiempo escuchando que todo va a cambiar. ¿Recuerdan el 27-F?
“El Pueblo aguanta callao pero al final se rebela” (Caraota, ñema y tajá)
Socialismo o Muerte…
(*) Licenciado en Ciencias Políticas UCV
Delegado Estudiantil de las Universidades Autónomas ante el Consejo Nacional de Universidades (2004-2009).
Desde niño, esa afinidad con el metro me ha llevado progresivamente a comprender como funciona, partiendo del uso de dos sentidos que nos provee la naturaleza: la visión y la audición. Sé que el operador puede poner a andar el tren empujando un taco blanco a su mano derecha del tablero. Sí una alarma alcanzo a escuchar, desde La Hoyada se le dice a la estación donde el tren esta en esa situación ¡Personal operativo actividad A tren vía X vagón X! En la nefasta IV República, cuando había que salir a la calle a defender la patria del neoliberalismo, desde La Hoyada se anunciaba al sistema “Se informa al personal operativo inicio de comunicaciones Evento 10 estación X (caso Ciudad Universitaria, Parque Carabobo, El Silencio),”.
En el primer cuatrimestre del 2010, el Metro nos ha echado la lavativa a los caraqueños, y en honor a la verdad, la gran solución para Caracas riñe con la filosofía de esta revolución inédita; conducta que impacta a priori en la credibilidad del gobierno del presidente Chávez. Adaptados a soportar la precariedad de las estaciones –escaleras mecánicas dañadas e inexistencia de la refrigeración en sus áreas comunes-, la cual pudiera comprenderse porque reponer esos equipos implica una afectación importante en la operación del subterráneo, la deficiencia incremental en el material rodante y la conducta inhumana y poco ética del personal operativo nos hacer vivir en una eterna calentura que no la brinca ni un venado. Es inaudito que tenga que subir desde Plaza Sucre hacia Pro Patria para luego llegar hasta Plaza Venezuela.
A pesar de todo esto, la gota que ha colmado mi paciencia como ser humano, ha sido un comunicado suscrito por unos integrantes del Sindicato de Trabajadores del Metro de Caracas, en fecha 20/04/2010, publicado en esta trinchera de lucha, día en el cual una vez mas nos vemos los usuarios afectados por las improvisaciones que vienen atacando al sistema en estos últimos tiempos. “Es necesaria una campaña de información a través de los medios de comunicación, y se aclare que el personal de la empresa, actúa bajo procedimientos y hacer énfasis que no somos Saboteadores del sistema metro, etiquetamiento que se nos atribuyo sin haber una reacción en contrario, en procura de nuestro constitucional derecho a la defensa”. (Subrayado nuestro).
¡Vaya mi enérgico repudio a la agresión que sufrió esta compatriota trabajadora de esta empresa! Sin embargo, ciudadanas y ciudadanos “empleados y gerentes” del Metro de Caracas, la Constitución de la Republica Bolivariana de Venezuela (en su Articulo 117) reza que las y los venezolanos tenemos derecho a acceder a servicios de calidad así como a una información adecuada y no engañosa sobre las características de los productos y servicios que consumimos y usamos. ¿Es ético colocar en operación comercial un material rodante –tren compuesto por siete (7) vagones- con fallas a nivel de puertas y aire acondicionado? ¿Se cumplen con los estándares de calidad exigidos por este precepto constitucional? ¿Qué se hace en los patios y talleres del Metro? ¿Jugarán truco o carga la burra en el CCO? ¿Será la Junta Directiva de CAMETRO representantes de la Quinta Columna que truncan las esperanzas que este pueblo tiene en Hugo Chávez?
Hace un mes observé una sampablera en Pro Patria, veníamos de Plaza Sucre para llegar allí y así retomar nuestra ruta original. El tren que nos trasportaba reunía las condiciones mínimas para seguir con la marcha habitual. De repente al llegar a la estación terminal, fuimos desalojados del mismo, las personas se negaban a desalojar el mismo porque desde su percepción de usuarios, ellos interpretaron que ese era el que los iba a llevar a su destino. Los operadores actuaban como si eso fuera una cochinera. Uno del ellos trató de mentarme mi madre lo cual no se lo permití. ¿Detrás de las “fallas” y salida del servicio de trenes que reúnen las condiciones para la operación comercial, se esconde el fracaso de los trabajadores y de SITRAMECA en hacer que sus reivindicaciones sociales se satisfagan? Eso si les pido: ¡No se pelen las nalgas ni salgan a quemar chaguaramos!
Esta pregunta me lleva la mente a los noventa del siglo pasado, cuando los trabajadores y esta organización sindical se plantearon un conflicto reivindicativo que abarcó desde lo salarial hasta lo organizacional, mediante el empleo de la concientización y educación al usuario. ¿Olvidaron las calcomanías circulares color azul y de los volantes que repartían en los torniquetes que decían “Usuarios y Trabajadores Unidos por el Metro”? No quiero pensar que están satisfecho con el estipendio que les ofrece la compañía y se que no es así.
Lo lamentable de la situación del Metro de Caracas es la sensación de rechazo que uno percibe de la población hacia su gobierno y las obras que él emprende. Mas allá de mi condición de politólogo, porque primero soy un ser humano que realiza a plenitud los procesos biológicos vitales, me entristece que la negligencia, ineptitud y la desidia de la sociedad política se convierta en el arma que el mismo pueblo pueda empuñar en algún momento contra el presidente Chávez, al mejor estilo del dicho ¡La culpa no es del ciego sino el que le da el bastón! Todo esto porque Ruperto que vive en el cerro lleva tiempo escuchando que todo va a cambiar. ¿Recuerdan el 27-F?
“El Pueblo aguanta callao pero al final se rebela” (Caraota, ñema y tajá)
Socialismo o Muerte…
(*) Licenciado en Ciencias Políticas UCV
Delegado Estudiantil de las Universidades Autónomas ante el Consejo Nacional de Universidades (2004-2009).
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